Propagación del calor
El calor se propaga o se transfiere de un objeto a otro debido a una diferencia de temperatura. Los cuerpos absorben calor cuando su temperatura es menor de la de aquello que los rodea y pierden calor cuando su temperatura es mayor. La transferencia o movimiento del calor puede ocurrir por los mecanismos de conducción, convección y radiación.
Conducción
Es el modo en que se transmite el calor en los objetos sólidos. Esta transferencia ocurre por contacto directo. La conducción se produce porque las partículas que se encuentran más cerca a la fuente de calor absorben energía y comienzan a moverse y vibrar transfiriendo la energía a las partículas vecinas y así sucesivamente. Entre mayor es la temperatura de la fuente de calor, las partículas que conforman el objeto vibran más rápidamente y el calor se transfiere más rápido de un punto del objeto al otro.
Convección
Es el modo como el calor se transfiere en los líquidos y los gases. A diferencia de la conducción, la transferencia de calor por convección ocurre por el movimiento de algún fluido, ya sea gas o líquido. Cuando se calienta agua en una olla, las partículas calientes, que están más cercanas a la fuente de calor, se desplazan hacia las zonas frías. El espacio que queda es ocupado por las partículas más frías y que ahora se calientan. Así se generan las corrientes de convección.
Radiación
La radiación es la única forma de transferencia de calor que puede ocurrir en el vacío, es decir, sin que haya contacto físico o material entre los cuerpos. Gracias a la radiación, la energía se transfiere de un cuerpo a otro en forma de ondas electromagnéticas. Por ejemplo, la radiación es el mecanismo mediante el cual la energía proveniente del Sol llega hasta la Tierra.
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